Tristemente los síntomas de la acidez, esa sensación de incomodidad y ardor detrás de el esternón, hasta la garganta con reflujo en algunos casos, en el embarazo te acompañarán hasta el día del parto, así que es mejor aprender a mantenerlos a raya.
Según el sitio médico webmd.com, más de la mitad de las mujeres embarazadas sufren de acidez severa, especialmente en el segundo y tercer trimestre.
Al igual que con la mayoría de las cosas durante el embarazo, la acidez estomacal es, en parte, culpa de las hormonas del embarazo; en específico la progesterona y la relaxina. Estas hormonas trabajan para relajar los músculos de todo el cuerpo, incluyendo los músculos de el tracto gastrointestinal, por lo que la comida se mueve lentamente a través de el sistema digestivo, dejando lo que comes durante más tiempo en el estómago conduciendo al ardor típico de la acidez, además relajan el esfínter encargado de separar el estómago de el esófago dejando abierto el paso hacia tu garganta.
A pesar del malestar, esto es realmente bueno para el bebé, ya que tu cuerpo absorbe los nutrientes y se los envía de manera más eficaz. A medida que el bebé crece y tu útero se agranda, tu estómago es empujado hacia arriba contra el diafragma, lo que te lleva a tener ese reflujo ácido molesto.
Algunos consejos:
Puede que no sea posible evitar la acidez estomacal por completo, pero puedes intentar minimizar las molestia y las probabilidades de sufrir acidez estomacal siguiendo estos consejos:
– Manténte erguida: No importa cuánto te gustaría tomar una siesta justo después de una comida, lo mejor es sentarse recta durante unos 30 a 45 minutos para asegurarse de que la comida esté bien digerida antes de acostarse.
– Come comidas más pequeñas, lentamente: De esta manera evitarás tener el estómago lleno y un potencial reflujo. Tragar la comida sin masticar también es malo porque lo que hace más difícil de digerir (mayor posibilidad de acidez). También podría tragar aire, lo que puede provocar gases en el vientre.
– No comas y bebas al mismo tiempo: Si tu estómago está demasiado lleno de líquidos y comida, la indigestión puede aparecer y hacerte sentir mal.
– Ajusta, un poco, tus hábitos de sueño: Eleva la cabeza y los hombros unos 15 cm. (o como decía mi profesor, en 45 grados) hazlo usando una almohada adicional o dos, la idea es que tu cabeza quede por sobre el estómago y la comida no se «devuelva». Varios estudios también han encontrado que dormir hacia el lado derecho parece agravar la acidez estomacal. Los investigadores no son unánime, pero confirman que dormir hacia la izquierda es sin duda mejor si estás sufriendo de acidez de noche o reflujo. Además, dormir a la izquierda es lo mejor para el suministro de oxígeno del bebé.
– Manténte alejada de los desencadenantes de la acidez estomacal: Tu eres la persona que mejor conoce los alimentos que desencadenan tu acidez, pero hay ciertos alimentos que son más propensos a causar indigestión en general incluyen comida deliciosa como tomates, cítricos, bebidas, alimentos grasosos, pasteles y chocolate. También puedes masticar chicle después de las comidas. La saliva adicional podría ayudar a neutralizar los jugos quemados del estómago.
– Habla con tu médico: Hay opciones de medicamentos seguros como el Gaviscon. Estos cubren el esófago, que disminuye la acidez estomacal.
– Ponte ropa suelta: Su tu ropa está demasiado apretada ejercerá presión adicional sobre tu estómago y empeorarán la acidez.
El embarazo es una maravillosa etapa de adaptaciones fisiológicas, psicológicas y sociales, no dejes que el reflujo opaque tu día, disfruta tu embarazo.
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